*Monsanto y aplicadores mucho peor que los barrabravas.*
Claudio Lowy Buenos
Aires, 24 de mayo de 2015.-
*La agresión a cuatro jugadores de River con gas de pimienta de Cayena
perpetrada por una facción de barrabravas de Boca discriminados del reparto
de dineros de dudosa procedencia, generó muchísimo impacto y revuelo
periodístico y político; mucho más que los millones de argentinos agredidos
con la pulverización de cientos de millones de litros de agroquímicos
biocidas mucho más peligrosos, que hacen que todos tengamos tóxicos en
nuestro cuerpo.*
Está muy bien que los jugadores, los periodistas y todos los vinculados con
la pasión del fútbol profesional se quejen de la agresión de los
barrabravas de Boca en contra los cuatro jugadores de River. El gas de
pimienta de Cayena que les echarongenera daños a las córneas que demoran 72
horas en curarse (en remitir). Más indignación generó la agresión porque,
aparentemente, la agresión se produjo debido a que dejaron a esa facción de
la barra de Boca afuera del reparto del botín, es decir, por plata. Claro
que parece que es mucha plata la que manejan y reparten las barras bravas.
Hace más de una semana que todo programa periodístico que se precie trata
el tema insistentemente. Los periodistas y los entrevistados reclaman,
entre otras cosas, que la CONMEBOL sancione a Boca con mayor severidad, y
demandan la intervención de la Justicia, expresando que no se entiende cómo
es posible que todavía no haya nadie preso. Incluso piden que se vea la
forma de que a los agresores se les aplique una pena mayor de la prevista
por ley.
Sin embargo, llama la atención la poca importancia (casi ninguna) que la
mayoría de los programas periodísticos, los periodistas y los políticos dan
a la agresión que provocan los agroquímicos biocidas, productos de síntesis
química diseñados para matar organismos con los cuales compartimos la vida,
de MONSANTO, SYNGENTA, Bayer y otras similares. Estos biocidas registrados
por el SENASA[1], mucho más tóxicos que el gas de pimienta de Cayena, son
pulverizados hace ya más de 20 años en una cantidad de 400 millones de
litros por año sobre más de 12 millones de personas.
Además de promover y generar enfermedades como el cáncer, malformaciones
congénitas, daños neuronales, afecciones cardíacas y pulmonares,
disrupciones endócrinas y las correspondientes alteraciones del sistema
inmunológicos, esos tóxicos son mucho más dañinos a los ojos que la
pimienta de Cayena.
Todos estos daños se producen con el único objetivo de que un grupo
reducido de personas gane más plata. Es mentira que los pesticidas se
aplican para producir más alimentos y así satisfacer el hambre en el mundo;
y también es falso que no se pueda producir de otra manera.
Todos tenemos pesticidas en nuestro cuerpo. Invito a los periodistas, los
dueños de los medios y los políticos a hacerse una evaluación de pesticidas
en sangre, y a las mamás que ahora están dando de mamar a sus hijos, a que
se hagan un dosaje de pesticidas en leche materna, y comprobarán que están
pasando a sus bebés esos tóxicos cuando les dan de mamar.
Negarnos a saber que todos tenemos pesticidas en nuestros cuerpos no
significa que nos los tengamos.
*Claudio Lowy – Bios – RENACE - Ingeniero Forestal (UNLP). Master en
Desarrollo Humano Sostenible (Cátedra UNESCO, Universidad de Girona).
ecolowy@gmail.com ; 011-15-64675187
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[1] Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria.
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