Declaración CaLiSA Nutrición


 Definimos a la Soberanía Alimentaria como  el derecho de cada pueblo y de todos los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias de producción, distribución y consumo de alimentos, a fin de garantizar una alimentación cultural y nutricionalmente apropiada y suficiente para toda la población….”

La Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Medicina, Escuela de Nutrición de la UBA (CaLiSa Nutrición) hace pública su preocupación ante el aumento desmesurado de los artículos que integran la canasta familiar, creando una situación que dificultará el acceso a la alimentación de toda la población violando de esta manera el DERECHO HUMANO A LA ALIMENTACION , derecho que tiene carácter constitucional en nuestra legislación.

Desde nuestro lugar, venimos señalando que el tema inflacionario no puede ser subestimado, ya que tiene implicancias institucionales y es un factor que amenaza la estabilidad de gobiernos constitucionales, creando un clima de descontento popular.

A esta situación basada en la volatilidad y el alza de los precios, en especial de los alimentos que integran nuestra mesa, se suman las maniobras de desabastecimiento, de acaparamiento y especulativas, cuyo origen hay que ubicar en el alto grado de concentración monopólica y extranjerizante de la industria alimentaria , dado que un puñado de empresas posee el manejo de toda la cadena alimentaria tanto del mercado interno como de la exportación que van desde la producción, el transporte, la comercialización y la distribución hasta llegar a los consumidores. En los dos extremos de esa cadena, se observa que los productores cobran cada vez menos y los consumidores pagan cada vez más por los artículos de primera necesidad que se producen íntegramente en nuestro país.

Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) en su informe del 2013 señala algunos ejemplos que muestran esta situación de anormalidad. Según este informe, el precio de la lechuga se incrementa en un 1500% desde el precio que se le paga al productor hasta que llega al consumidor, la naranja aumenta el 800%, la leche en un 205%, el tomate en un 329% y en el caso del tomate triturado llega a aumentar hasta el 5929%. Debemos sumar a esto que dos empresas controlan el comercio de los lácteos, uno el del aceite, el pan y el azúcar , tres el de las galletitas, mermeladas y panificados, cuatro la producción, faenamiento y comercialización de la carne y la mayoría de ellas son transnacionales.

Nuestra producción agrícola- ganadera esta orientada especialmente a la exportación desde los orígenes de nuestra historia como nación, y en la últimas décadas el monocultivo, la sojización, la superexplotación de nuestro suelo, la deforestación, los desalojos de los pueblos originarios y de los agricultores familiares a costa de muchas vidas, el uso excesivo de agrotóxicos son una realidad , que se suma al uso indebido de los alimentos como combustible o para la cría de ganado de otras partes del mundo, produciendo daños en el medio ambiente y en vidas humanas. no solo con la perdida de muchas de ellas sino con daños impredecibles e irreversibles a la salud de poblaciones enteras.

Nuestra historia ha sufrido demasiadas situaciones críticas como las que estamos viviendo en estos días, y como señalamos inicialmente nuestra seguridad y estabilidad democrática están amenazadas por lo que calificamos como “golpes de mercado”, y que es necesario recordar que se dieron contra Perón cuando estableció el control de precios, contra Illia por pretender controlar el de los medicamentos, contra Alfonsín con la hiperinflación, agravada en estos momentos de resultas de las políticas neoliberales que al mismo tiempo que concentraban la riqueza ,enajenaron los transportes, los ferrocarriles, los puertos, la industria siderúrgica, las tierras y nuestras riquezas naturales.

Desde la Cátedra hemos propuesto soluciones que consideramos necesario tomar de manera inmediata ya que consideramos que la lucha contra las especulación de las grandes empresas alimenticias no se resuelve solamente cuidando algunos precios (que dicho sea de paso han sufrido notables aumentos,) sino estableciendo limites claros a los avances de estos capitales multinacionales y reforzando la producción agricola-ganadera de los pequeños y medianos productores así como la comercialización de la pequeña y mediana empresa, dado que la cuestión no se limita a los consumidores urbanos y las grandes empresas alimenticias.

Es por eso que señalamos que se requiere::la aplicación inmediata de la Ley de Abastecimiento, que penalice a los especuladores y acaparadores, que tome el control del comercio exterior, refundando las Juntas de Granos, de Carnes, la diversificación de los cultivos que hacen a la producción de alimentos, estimulando la agricultura familiar, las formas cooperativas de producción, las cadenas cortas de comercialización, desarmando las maniobras monopólicas de los supermercados que concentran el 85% de la distribución de alimentos y ejercitando el rol prioritario del Estado como regulador de los precios y del abastecimiento.

Consideramos necesario además dar continuidad a iniciativas que fueron llevadas a cabo, desestimadas luego, como la de Carne, Frutas o Pescado para todos, pero dándoles funcionamiento regular, sistemático, en los barrios y en las zonas más vulnerables y en todo el país, a las que hay que sumar mercados estatales, o con control popular de alimentos con precios( como ya se han hecho en algunas zonas.)

Adoptar estas medidas implica avanzar en el camino tomado en los últimos años, implica profundizar en lo ya logrado y el no hacerlo significa el retroceso hacia las políticas de ajuste del neoliberalismo, que solo podrán impedirse a través de la movilización popular .

El alimento no es una mercancía, no debe cotizar en bolsa, según se señala en los documentos nacionales e internacionales, que nuestro país ha convalidado en distintas reuniones nacionales é internacionales.

Este tema, el de la seguridad alimentaria, ha sido uno de los temas prioritarios en la Cumbre de la CELAC realizada en estos días en La Habana que ha centrado la mira en la eliminación de la pobreza y el hambre en el continente, para lo que se hace necesario adoptar políticas públicas inclusivas que garanticen el poder adquisitivo de los salarios, el pleno empleo, precios y comercio justo para asegurar la soberanía alimentaria como parte y componente de la soberanía económica, política y la justicia social por las que nuestro pueblo tanto ha luchado. 

 Lic. Miryam K. de Gorban
Coordinadora de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria . F.de Medicina. Escuela de Nutrición.

                                                                                                   Buenos Aires, Enero de 2014.

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